
El Gobierno intensifica el control sobre los encajes bancarios y la emisión de letras, mientras los bancos enfrentan una presión creciente. Las tasas altas buscan frenar la fuga de pesos y estabilizar el dólar.
Continúa la puja entre los bancos y el Ministerio de Economía por las decisiones en torno a billones de pesos que andan dando vuelta por la economía luego que el Gobierno decidiera desarmar las LEFI (letras de financiamiento), una letra que emitía el Banco Central para remunerar los depósitos de los bancos.
El ministro de Economía, Luis Caputo, ratificó este jueves que la decisión oficial es que en las actuales circunstancias el Gobierno no va a dejar “que vaya ni un peso al mercado”.
Economía dispuso, hace poco más de un mes, que los pesos que los bancos destinaban a esas letras en otras letras (lecaps) y bonos, emitidas por el Tesoro.
Para tentar a los bancos convalidó tasas muy altas. Esta semana el Ministerio de Economía alcanzó un rollover (renovación) sobre los vencimientos de solo el 61%.
Quedaron libres unos 6000 billones de pesos.
Por eso el Gobierno nacional viene apretando cada vez más el torniquete de los encajes bancarios, que son una parte de los depósitos de los clientes que los bancos están obligados a dejar fijos en el Banco Central. Hoy están en el 40% de los depósitos.
Desde el próximo lunes subió 5 puntos porcentuales esos encajes para aspirar más pesos y, además, determinó que no se use un promedio mensual para esos encajes sino que exigirá el 100% de los encajes todos los días hábiles. Al tiempo reforzó el tope establecido de la cantidad de dólares que pueden tener los bancos, quedando sujetos a un cargo en pesos si sobrepasan un límite.
Este jueves por la tarde el BCRA convocó a los bancos a una reunión de urgencia para explicar las últimas normativas.
La política de supertasas para aspirar pesos bajó la presión por el tipo de cambio y el dólar oficial aceleró su caída, cerrando este jueves a $1.300. Acumula una baja de 5,4% en 10 ruedas.
Sin embargo, las tasas de interés que duplican en términos reales a la inflación impactarán negativamente en una recuperación de la actividad económica.