
El abogado laboralista Alejandro Manzanarez defendió en Cadena 3 la iniciativa que impulsa el Gobierno nacional. "Reformar no es flexibilizar, sino modernizar la ley actual", señaló.
Tras la victoria de La Libertad Avanza en las elecciones legislativas del domingo pasado, el Gobierno nacional impulsa una reforma laboral que busca adecuar la normativa a la realidad actual del mercado de trabajo. El abogado laboralista Alejandro Manzanarez defendió la iniciativa como una "modernización imperiosa" y no una mera flexibilización, enfatizando la necesidad de incentivar la registración y adaptarse a las demandas de las nuevas generaciones.
"Es imperiosa una reforma. No una flexibilización, sino una modernización de la legislación laboral", expresó Manzanarez a Cadena 3. "No se trata de cercenar derechos, sino de adecuar la norma a la realidad actual y a los requerimientos, tanto de las empresas como de los trabajadores", agregó.
El letrado ilustró su punto con datos alarmantes sobre el empleo no registrado: "Tenemos un 42% de empleados en la informalidad. Cuando se dictó la ley en el año 1991, teníamos un 28% de trabajadores sin registrar. Hoy tenemos un 42%. Debemos adecuar la normativa e incentivar la contratación".
Manzanarez destacó el proyecto de la diputada Romina Diez, que establece "una serie de bonificaciones de hasta 12 meses para empleadores, bonificaciones en las contribuciones patronales, para empleadores que contraten nuevos trabajadores".
En este sentido, se mostró convencido de que "hay que adecuar la normativa" a los nuevos tiempos, especialmente en temas como la jornada laboral. "Hoy, sobre todo las generaciones más jóvenes, necesitan una libertad de horario, no necesitan un encorsetamiento como establece la legislación nuestra que era en el año 1974".
El abogado cuestionó posturas como la de Héctor Daer, de la CGT, quien sostuvo que no hay que reformar nada. "Hay que adecuar la normativa a la realidad y a los nuevos tiempos que vivimos. Todos sabemos qué es lo que priorizan hoy los trabajadores".
Entre los cambios necesarios, mencionó el trabajo a distancia, horarios flexibles, regímenes de vacaciones y periodos de descanso. "Lo más adecuado es regularlo a través de estatutos particulares, a través de convenios de empresas, donde las características de cada trabajo no son iguales en un caso que en el otro. No es lo mismo un operario de una planta industrial que un trabajador que desarrolla software".
Incluso dentro del mismo rubro, las realidades difieren: "No es lo mismo quien trabaja en el comercio, en un kiosco, en una zona alejada, con muy poco movimiento, a quien es empleado de comercio en un shopping. Las realidades son distintas, probablemente los salarios deban ser distintos, los horarios distintos y las necesidades distintas".
Sobre críticas en redes al proyecto de Díez, que permite fraccionar vacaciones en cualquier época del año, Manzanarez cuestionó: "¿Por qué no? ¿Por qué no se puede dar? ¿Tiene que darse en periodo estival, del primero de octubre hasta el 30 de abril?". Sin embargo, aclaró que debe preservar un "núcleo duro" de derechos, dada la desigualdad en la relación trabajador-empleador. "Hay un núcleo duro que tiene que prevalecer para no cercenar derechos de trabajadores".
También explicó de qué se trata el concepto de "banco de horas". "Es guardar horas, hacer días, más horas de trabajo para después tener disponibilidad para esas horas utilizarlas para descanso y no tener la dureza o la rigidez que tiene un laburo de cuarenta y ocho horas semanales, sin afectar las doce horas de descanso de cada trabajador".
Y añadió: "Usted trabaja en el mes de diciembre veinte horas más y en el mes de enero se toma veinte horas más de descanso o se toma dos días más de vacaciones".
Ante los temores por la pérdida de horas extras, aseguró: "No tienen por qué necesariamente perderse. Se puede regular perfectamente".
Manzanarez citó a Finlandia como ejemplo de movilidad en esquemas horarios, incluyendo bancos de horas en equipo. "El mundo del trabajo ha cambiado. No es el mismo mundo del trabajo del año setenta y cuatro. No es el operario que está trabajando frente a una máquina y ocho horas y va a su casa y vuelve".
Sobre los aumentos salariales por productividad, ya comunes en cargos gerenciales, dijo: "Con un piso mínimo, se puede estipular en los cargos o en los trabajadores de planta normal y no le veo impedimento a que se regule a través de premios por productividad de estipulaciones en cada una de las empresas con pautas objetivas y no que sean discriminatorias".
Recordó el artículo 14 bis de la Constitución como marco inalterable: "La raíz de los derechos laborales de los trabajadores no se tocan, sino que se modificarían convenios colectivos, regímenes, por ejemplo, como la indemnización, que se podría pagar hasta doce cuotas, el régimen de vacaciones, pero lo nodal sigue estando como antes. Se trata de adecuar la norma, no cercenar derechos".
Enfatizó que la reforma laboral debe ir de la mano con la tributaria: "De cada peso que un empleador le paga al trabajador, el 50% se va para carga tributaria", concluyó.